lunes, 16 de noviembre de 2009

Te quiero, más o menos.

Vimos la otra noche en el Teatro Alhambra Pareja Abierta, de Darío Fo, a cargo de Producciones Imperdibles. Lo digo desde el principio: Darío Fo, al rato, me cansa. No es que haya leído todo su teatro (precisamente por eso, porque me cansa) pero lo que conozco me cansa. Es divertido, sí, e ingenioso, pero tiende a alargar los textos sin apoyarse en elementos que permitan mantener el interés. Muerte accidental de un anarquista y Aquí no paga nadie, por ejemplo, parten de premisas estupendas, serían textos redondos como piezas cortas, pero se hacen pesados a partir del minuto sesenta. Es mi opinión, claro, y seguro que hay sesudos razonamientos que justifican la concesión del premio Nobel a Fo estando por entonces vivo Arthur Miller, pero los desconozco. Y mejor no hablemos de la academia sueca y sus criterios de concesión de premios, porque lo de Obama es como para intentar expulsar por los conductos urinarios los líquidos acumulados en la vejiga sin obtener el resultado apetecido (es decir: pa meá y no eshá gota!).

Volvamos a Pareja Abierta. La pareja de actores de Producciones Imperdibles da al texto el adecuado tono de farsa grotesca que requiere (por más que el programa diga que es “una reflexión sobre la libertad individual y el compromiso conyugal”... ¡que manía!: como si hacer reír no pudiera ser un objetivo en sí mismo), en un montaje modesto, que suple con ingenio la escasez de medios económicos. Una comedia fácil de digerir (no hay nada sutil, no se deja nada a la sonrisa cómplice), que acaba en apenas hora y cuarto - justo cuando comienza a ponerse repetitiva - y montada adecuadamente pero sin genialidades.

Es poco probable que algún día trabe amistad con un extraterrestre, pero, de ser así, probablemente acabaríamos quedando para ir al teatro. Y, en ese caso, si esta obra fuera la elegida (algo aún más improbable que mis amistades interplanetarias), puedo ver claramente a mi recién llegado e inocente amigo extraterrestre preguntándome a la salida del teatro que cuántos premios Nóbel de literatura se reparten al día en el planeta tierra. No sé si me explico.





5 comentarios:

Vicky dijo...

Estuve tentada de ir a verla, pero ya había leído el texto y no me apeteció, el resultado era bastante previsible. Lo que si te voy a discutir es lo del premio. A Darío Fo no se lo otorgaron sólo por su genialidad argumental en los textos dramáticas (hasta ahí puedo estar de acuerdo)sino porque tanto él como Franca Rame (el premio, quizá, tenía que haberse compartido)fueron activistas y revolucionarios, rompieron con una cantidad considerable de tabús y cambiaron la forma de ver el teatro.La práctica teatralcomo denuncia, como instrumento subversivo y antisistema. Darío Fo no sólo es dramaturgo, es actor, director, estudioso del teatro. Te remito a Manual mínimo del actor. No te discutiré, sin embargo, que Arthur Miller lo merecía y que lo de Obama es la chorrada del año.

Vicky dijo...

Ah!! Por cierto, no te pierdas al Brujo, yo no podré ir a verla en el Alhambra, pero la semana siguiente actúa en Jaén y no me lo pienso perder.

Profesor Higgins dijo...

Mi querida sobrina: Me congratula que no haya caido en saco roto el dinero invertido por mi previsor hermano en el internado suizo de señoritas en el que te formaste . Además de bordado huck, chino cantones y capoeira de exhibición,veo que las monjas te enseñaron a tener tus propias opiniones,aunque sirvan para aupar la subversión y el antisistema que tanto hacen peligrar nuestra plácida existencia de rentistas. Tomo nota de tus observaciones y te comunico que El Brujo tendrá este fin de semana el honor de contemplar mis helénicas facciones a poco que pose sus ojos en la fila tres.

Alejandro Colera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alejandro Colera dijo...

Que pereza me da Dario Fo...
Como DesaFOrados nada. ¿Por qué lo hariamos Dios mio?
Por cierto, ¡qué envidia trabajar (y tener un sueldo decente) para poder ver al gran Brujo!
Un abrazo hermanito mayor.