jueves, 28 de enero de 2010

Volando voy.

Ayer fui con la señorita Doolitle a ver Up In The Air. Tuve que hacerle creer que el prota era Hugh Jackman por que a Clooney no lo traga. Le semana que viene pretendo llevarla a ver Nine, pero por dios que nadie le diga que es un musical. Mi vida es así: pura desazón...
Jasón Reitman hace buenas películas que te invitan a pensar sin adoptar nunca un tono de intelectual plomizo. Sus dos anteriores películas (Gracias Por Fumar y, sobre todo, Juno) son muy recomendables, y Up In The Air, puede que sea aún mejor. Un protagonista perfectamente dibujado se mueve sin descanso por un mundo empresarial global, dedicándose a despedir a los empleados de otros, como un verdugo piadoso. Y le gusta su trabajo, le encanta viajar en avión constantemente. Por que es un tiburón. Y los tiburones se hunden cuando no están en movimiento. Este es el arranque de una historia de amor sin amor, de fría amistad, de firmes principios de barro. Y el Reitman guionista aún tiene tiempo para dar unas pinceladas sobre la cosificación del trabajador, motita prescindible cuando la crisis aprieta. El tiburón Clooney está perfecto en un papel probablemente escrito a medida, e igualmente reseñables son los trabajos de las dos actrices que comparten el peso de la película.

miércoles, 27 de enero de 2010

Supera eso.

No quisiera estar en el pellejo del productor de la próxima ceremonia de entrega de los Premios Tony´s, los premios teatrales de EE.UU. Lo digo porque, concebido como espectáculo televisivo, la emisión de cada año debe superar a la anterior. Y a ver cómo se supera un número de apertura en el que sólo en once minutos, cruzando números y mezclando canciones de los distintos espectáculos, actúan Elton John, Stockard Channing, Dolly Parton, Allyson Janney, Liza Minnelly, y los repartos y cuerpos de baile de West Side Story, Guys and Dolls, Rock og Ages, Shrek y Hair, terminando estos últimos cantando “Let the Sunshine” al que se unen todos los anteriores y buena parte del público. Todo el teatro musical de Broadway condensado en un solo número. En total, varios cientos de artistas entrando y saliendo sin ningún error (o casi). Merece la pena verlo entero (está en dos partes). A mi me parece una verdadera maravilla y “Let the Sunshine” siempre me pone de buen humor.

miércoles, 20 de enero de 2010

Mi cuento de Navidad de Dickens

Mamá Noel me trajo una cuidadísima edición – lástima, faltan los grabados – de Nuestro Común Amigo, la última novela que terminó Dickens. La siguiente, El Misterio de Edwin Drood, una novela policíaca, quedó inconclusa, llevándose Dickens a la tumba el final y dejando el misterio sin resolver. Por cierto que de esa novela sin final existe una versión de comedia musical en la que, en el entreacto, el público decide entre distintos finales alternativos que se le ofrecen y, en función del resultado de la votación, concluye la comedia.

Pero volviendo a Nuestro Común Amigo, es ésta una novela madura, densa en ocasiones – es un Dickens para iniciados en el género - , perfectamente estructurada, en la que decenas de personajes trazados al detalle se interrelacionan en una sociedad – verdadera protagonista – de hipócritas adoradores de becerros de oro. El Dickens crepuscular que escribe esta novela incluso abandona su tradicional tendencia al maniqueísmo, humanizando a los inevitables malvados, que trascienden así de la mera caricatura, y mostrando las dudas y caídas de los héroes de su historia.

Ya he cantado aquí en alguna ocasión las alabanzas que en mi opinión merece la BBC por llevar décadas adaptando con exactitud y preciosismo las grandes obras de su literatura en series y miniseries. Su empeño le lleva incluso a retomar novelas ya adaptadas en años anteriores para rehacerlas con nuevos equipos artísticos y técnicos. Así, IMDB da cuenta de hasta tres adaptaciones de Nuestro Común Amigo, la última de las cuales, de 1997, puedes obtener subtitulada al castellano en el proveedor habitual de archivos que comparte nombre con el híbrido estéril que resulta de la cruza entre la yegua y el burro o asno...Voy por el tercero de los cuatro capítulos y puedo decir que es lo máximo que se le puede pedir a una adaptación. Los ingleses cocinar no, pero esto de las adaptaciones televisivas lo tienen dominado.

lunes, 4 de enero de 2010

Atrapando el Instante (9)

Eugene O'Neill,
desaprobando los resultados de un ensayo de "The Iceman Comet".

Billie Holliday,
bebiendo licor de extrañas frutas.



Henry Fonda,
aislándose en su camerino.



John Huston y Arthur Miller,
devanándose los sesos.



Basil Rathbone, Peter Lorre, Boris Karloff y Vincent Price,
echando una agradable siesta.



Agnes Moorehead,
dándolo todo.



Gene Hackman, Richard Dreyfuss, Ariel Dorfman y Glenn Close,
afinando para "La Muerte y La Doncella"
(dedicado a Lady Bracknell y al Vizconde de Valmont)