jueves, 12 de marzo de 2009

Antes de que olvide

Es uno de los grandes y lo sabe. No es un hombre modesto. Es hijo de un trapero inmigrante judío. Tiene noventa y dos años y lleva más de diez arrastrando las secuelas de una embolia. Hace unos días ha estrenado en California el monólogo "Before I Forget" sobre su vida y sus recuerdos. Su nombre es Issur Danielovich Demsky. Pero tambien responde al nombre de Kirk Douglas.

“Cuando sufres una embolia – comienza el monologo escrito por el propio Douglas- te ves obligado a hablar despacio. Y he descubierto que cuando hablo despacio, ¡la gente me escucha!: Se creen que voy a decir algo interesante”

Sin duda debe ser interesante escuchar al viejo Issur. Noventa minutos de espectáculo son toda una proeza para sus más de noventa años, pero desde luego son insuficientes para abarcar su trabajo en El Gran Carnaval, Cautivos del Mal, El Loco del Pelo Rojo, Senderos de Gloria o Espartaco. En su monologo habla de estas y otras películas y, si sigue siendo el mismo golfo impúdico que era cuando escribió sus memorias a finales de los ochenta, hablará más de la cuenta de sus amoríos, de los compañeros con los que le unió una eterna amistad (Burt Lancaster, Lauren Bacall) y de los compañeros a los que detestaba sin ambages (Robert Mitchum)

Empezó siendo un héroe de películas de aventuras, pero no quiso quedarse ahí. Cuando su posición se lo permitió, buscó papeles más complejos y atormentados, sin miedo a salirse del camino conocido – algo poco común en la época. Precisamente sobre su empeño por desencasillarse de los papeles de héroe recoge en sus memorias una significativa anécdota con el pétreo John Wayne tras un pase privado de El Loco del Pelo Rojo, en la que Douglas interpretó, con extraordinaria entrega, a Van Gogh

“Hicimos una proyección privada de El Loco del Pelo Rojo a la que asistieron unos pocos miembros de la industria. Después nos reunimos a cenar en casa de Merle Oberon. Entre otros, estaba John Wayne. No dejaba de mirarme. Parecía alterado. Tenía un vaso en una mano, y con la otra me hizo señas de que lo siguiera. En cuanto llegamos a la terraza, comenzó a reñirme:
- ¡Caray, Kirk! ¿Cómo puedes hacer semejante papel? Quedamos muy pocos como nosotros. Tenemos que representar personajes fuertes, duros, y no a esos mariquitas debiluchos.
Traté de explicárselo.
- Oye, John, soy un actor. Me gusta hacer papeles interesantes. Todo es ficticio, John. Nada es real. Y en realidad, tú no eres John Wayne.
Me miró extrañado; le había traicionado. Me lo tomé como un cumplido…”


Y ahora, para fastidiar a John Wayne, una escena de El Loco del Pelo Rojo. Precisamente la que da nombre a un grupo de música un pelín cansino.





Y buscando la anterior encuentro esta maravillosa escena de Senderos de Gloria, que es un prodigioso cortometraje dentro de la historia principal





Kubrick nuestro, que estas en los cielos…

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