lunes, 26 de enero de 2009

La mirada de la Sra. Atkins

Hay cosas que los Ingleses hacen rematadamente bien. Considerarse Europeos o no, según les convenga, es históricamente una de ellas. Y otra (bastante mas digna de alabanza) es el exquisito cuidado con el que adaptan sus clásicos al cine y a la televisión. Hace poco ha caído en mis manos la miniserie Cranford, que refunde tres novelas de E.M.Gaskell. y que forma parte del conjunto de series y telefilmes basados en clásicos de la literatura inglesa que, bajo la rúbrica de Masterpiece Theatre, la cadena PBS produce y emite desde hace mas de treinta años tomando como base textos de Dickens, las hermanas Bronte, Collins, Hardy, Austen, Gaskell ... Su pagina web ( www.pbs.org/wgbh/masterpiece ) asombra por lo ambicioso - e ininterrumpido - de la tarea propuesta y la calidad de los resultados.

Cranford cuenta con extraordinaria sensibilidad las pequeñas vidas de los habitantes de un pueblo rural inglés del s. XVIII, con sus rígidas costumbres sociales, su tendencia a la murmuración y su deseo de dejarlo todo como está (la mayoría del pueblo entiende que el día que el Ferrocarril llegue a Cranford llegará poco menos que el fin del mundo). Y la visión de la serie (no puedo certificar que también de la novela) sobre sus personajes es de benévola ironía, mostrando al espectador las razones que los mueven a ser un poco mezquinos, o un poco severos, o un poco cotillas. Y el espectador los absuelve con una plácida sonrisa.

Mención aparte merece el conjunto de actores que da vida a los habitantes del pueblo y que responden todos ellos a la perfección a las exigencias de sensibilidad y sutileza que el texto requiere. Todos están maravillosos, pero reconozco mi debilidad por Eileen Atkins, propietaria de la mirada que no estais pudiendo dejar de mirar mientras intentais leer esto.



Todo esto me recuerda que aquí, en España, los mas viejos del lugar, aun son capaces de recordar que hace muchos muchos años, la televisión también se ocupaba de honrar con frecuencia a los grandes de la literatura con adaptaciones de novelas y obras de teatro que contaron con los mejores actores y directores: Los Gozos y Las Sombras, Fortunata y Jacinta y casi cualquier Estudio Uno lograron unas cotas de calidad que hoy día, si se quisiera, se podrían volver a alcanzar. Pero, lástima, las televisiones están convencidas de que el espectador medio solo puede estar interesado en las pruebas de paternidad de los nietos de la viuda del Baron Tissen o en ver en directo cómo Ortega Cano se rompe un menisco a causa de sus atrevidas evoluciones en la pista al ritmo de un FoxTrot. Lástima.

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