lunes, 24 de noviembre de 2008

The Night was like a lovely tune

Con la inestimable compañía de Lord y Lady Churringham, anoche asistimos a la clausura del Festival de Jazz, a cargo del inimitable Kurt Elling y la Big Band de Granada. Con una voz hecha de extraños metales, Elling, elegante y generoso en escena, dedicó la primera parte del concierto a su propio repertorio, comenzando con su prodigiosa versión de My Foolish Heart. En las siguientes canciones, y espléndidamente acompañado por su trío, dejó una buena muestra del espléndido y desconcertante instrumento que tiene bajo la corbata y de su dominio del scat, éste último de difícil digestión para los no iniciados (de hecho, Lady Churringham pidió varias veces una muerte piadosa … o una cerveza, lo primero que llegara).

Y en la segunda parte llegó la sorpresa: el innovador Elling se disfrazó de crooner clásico para jugar a ser Sinatra arropado por los viejos arreglos de Quincy Jones y Nelson Riddle honrosamente reproducidos por la Granada Bing Band. Disfrutó con las viejas canciones de Sinatra, que ejecutó en ocasiones ciñéndose a los cánones clásicos y en ocasiones deslizándose suavemente a su estilo propio (como el estimulante coctel que resultó ser su versión de Fly me to the moon) y nos transmitió su entusiasmo. Un concierto magnífico de un artista que sabe perfectamente lo que se trae entre manos. Anoche, Sinatra y Count Basie chocaron sus Jack Daniels a la salud del Sr. Elling desde el bar adonde van los buenos jazzmen cuando mueren.

Aquí teneis al Sr. Elling echándose una coplilla con Al Jarreau: el clásico Take Five de Dave Brubeck. Qué bien se lo pasan:

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