martes, 14 de octubre de 2008

Agradable Decepción

Seguramente la habré leído en alguna parte, la frase no es mía pero desde luego estoy de acuerdo: la peor película de Woody Allen siempre estará por encima de la media. Supongo que me había creado muchas expectativas con Vicky, Cristina, Barcelona por el bombardeo informativo a que nos han sometido desde que Allen y su equipo pusieron pie en España (y no creo que lo vuelvan a poner), bombardeo por lo general poco relacionado con los aspectos cinematográficos y sí mucho con asuntos del corazón y bajo vientre que tanto gustan a esta España de cateticos de mesa camilla.

No puede decirse que sea una mala película pero, para ser de Woody Allen, decepciona. Pero, siendo de Woody Allen, la decepción siempre será agradable.

Una curiosa injusticia relacionada con esta película está en el hecho de que la Vicky del título, la actriz Rebecca Hall, ha sido la menos publicitada del reparto pese a tener el mejor papel (es el Woody Allen de esta cinta) y, en consecuencia (o, al menos, esta vez) la mejor interpretación.

Cuando conseguí que la Señorita Doolittle saliera del trance en que siempre la sume la sola visión de Javier Bardem, salí con ella en brazos – semidesmayada y repitiendo como un mantra “aymijavi, aymijavi, aymijavi…” – y con la sensación de haber visto una película agradablemente decepcionante.

Esto es de Hannah y sus Hermanas, una de las (muchas) grandes películas del Sr. Allen:


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