viernes, 4 de julio de 2008

Ebony and Ivory

En menudo lío se ha metido Kramer. ¿Cómo? ¿Qué quién es Kramer?... Éste es Kramer:


Para quien no sepa quién es este tipo (por cierto, sal del zulo: la guerra terminó en el 42), este hombre, Michael Richards, participó en Seinfeld, una de las comedias más exitosas de la televisión de los noventa. ¿Tampoco conoces Seinfeld? Bueno, es igual.

El caso es que este hombre (que antes del incidente que voy a relatar ya estaba en horas bajas), mientras el otro día actuaba en una stand up comedy, se encaró con unos espectadores que le interrumpieron. Es bastante frecuente en estos “clubs de la comedia” que, si el número no gusta, el publico se queje en voz alta y el cómico conteste, y es a veces lo divertido de su contestación lo que paradójicamente puede salvar el espectáculo. La contestación de Richards no lo salvó. Definitivamente no.

Los espectadores descontentos eran de color y Richards empezó a decirles cosas que difícilmente se podrían calificar como bromas. Un ejemplo: “¡En otros tiempos, por interrumpir a un blanco te hubieran colgado con una horca clavada en el culo!” Fue perdiendo los papeles in crescendo, repitiendo constantemente la palabra “Nigger” (negro), que en Estados Unidos tiene una enorme connotación peyorativa. El público fue abandonando la sala, Richards finalmente salió de escena y ya tenemos liado el follón mediático gracias a que alguien grabó en video el incidente. Aquí está: Richards, que comienza gritando a unos espectadores de un palco a su izquierda, está subtitulado en rojo y el público en blanco (...emmm, blanco sí se puede decir, ¿no?)

Al parecer, en EE.UU. no se habla de otra cosa (y Bush feliz, supongo). Richards, ha contratado un Asesor de Crisis (¿lo qué?) y ha pedido disculpas en prosa y en verso, mientras la comunidad afroamericana ha pedido su cabeza. Algunos cómicos del ramo han salido tímidamente en su defensa (por ejemplo Eddie Murphy, al que tendría guasa que acusaran de racista) recordando que la stand up comedy es ante todo un territorio de absoluta libertad y que lo que dijo era parte del número, una de las respuestas ingeniosas a las que antes me referí. La verdad es que, visto el video, no lo parece.

Y ahora me apetece poner este video en acto de desagravio: la maravillosa Billie cantando Strange Fruti, con todo el horror arañando su garganta.

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