miércoles, 20 de enero de 2010

Mi cuento de Navidad de Dickens

Mamá Noel me trajo una cuidadísima edición – lástima, faltan los grabados – de Nuestro Común Amigo, la última novela que terminó Dickens. La siguiente, El Misterio de Edwin Drood, una novela policíaca, quedó inconclusa, llevándose Dickens a la tumba el final y dejando el misterio sin resolver. Por cierto que de esa novela sin final existe una versión de comedia musical en la que, en el entreacto, el público decide entre distintos finales alternativos que se le ofrecen y, en función del resultado de la votación, concluye la comedia.

Pero volviendo a Nuestro Común Amigo, es ésta una novela madura, densa en ocasiones – es un Dickens para iniciados en el género - , perfectamente estructurada, en la que decenas de personajes trazados al detalle se interrelacionan en una sociedad – verdadera protagonista – de hipócritas adoradores de becerros de oro. El Dickens crepuscular que escribe esta novela incluso abandona su tradicional tendencia al maniqueísmo, humanizando a los inevitables malvados, que trascienden así de la mera caricatura, y mostrando las dudas y caídas de los héroes de su historia.

Ya he cantado aquí en alguna ocasión las alabanzas que en mi opinión merece la BBC por llevar décadas adaptando con exactitud y preciosismo las grandes obras de su literatura en series y miniseries. Su empeño le lleva incluso a retomar novelas ya adaptadas en años anteriores para rehacerlas con nuevos equipos artísticos y técnicos. Así, IMDB da cuenta de hasta tres adaptaciones de Nuestro Común Amigo, la última de las cuales, de 1997, puedes obtener subtitulada al castellano en el proveedor habitual de archivos que comparte nombre con el híbrido estéril que resulta de la cruza entre la yegua y el burro o asno...Voy por el tercero de los cuatro capítulos y puedo decir que es lo máximo que se le puede pedir a una adaptación. Los ingleses cocinar no, pero esto de las adaptaciones televisivas lo tienen dominado.

1 comentario:

Vicky dijo...

¡¡¡Yo quiero ver esto!!! Feliz año nuevo, tito. ¿Cuándo vamos a vernos para tomar el té?
Saludos. ¡Ah! Pásate por famigliadimalatesta, puede que te interese.