Con cierta periodicidad Madame Blanche Du Mendì nos hace el honor de visitarnos acompañada de sus tiernos infantes herederos. En esas amables tardes las horas pasan inadvertidas en el cenador, donde charlamos sobre música, literatura y artes tan olvidadas como la correcta deglución de pastelillos.

La pintura es mía. A mano alzada.
Hace unas semanas su visita vino acompañada de un inesperado regalo que se sumó al regalo de su presencia: Los Hombres que no Amaban a las Mujeres, la primera de las tres novelas que forman la trilogía Millenium de Stieg Larsson. Reacio como soy a la lectura de Bestseller, solo la recomendación encarecida de Madame Du Mendì – experta en separar el grano de la paja en lo que a novedades editoriales se refiere – bastó para que me interesase esta espléndida novela negra.
En el Estocolmo de los primeros años del presente siglo, el editor de una revista de compromiso social, amenazado por los grupos de ultraderecha hasta el punto de no contraer matrimonio con su pareja de décadas para que su nombre no conste en ningún registro público, pasa las noches escribiendo febrilmente una novela. En nueve meses la termina y se da cuenta que ha iniciado

La segunda novela de la trilogía, La Chica que Soñaba con una Cerilla y un Bidón de Gasolina, ya está a la venta en España y Papá Noel este año no ha tenido que romperse mucho la cabeza para acertar con mi regalo.
Gracias Papá Noel, gracias Madame Du Mendì
Gracias Papá Noel, gracias Madame Du Mendì
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