Si de mí dependiera, pondría en nómina de las Administraciones Culturales a los responsables de compañías como Teatro Corsario a los solo efectos de que enseñaran a hacer buen teatro a los teatreros habitualmente protegidos bajo el ala de la Res Pública y que, en ocasiones, amparados en la tranquilidad que da jugar con el dinero de otros ( léase “de todos”) llevan a escena textos anti-teatrales (In Nómine Dei, del Centro Andaluz de Teatro, por poner un ejemplo), con puestas en escena carísimas pero plomizas (In Nómine Dei, del Centro Andaluz de Teatro, por poner un ejemplo), y actores, en su mayoría, tan convincentes como un billete de seis euros (In Nómine Dei, del Centro Andaluz de Teatro, por poner un ejemplo) ... Creo que se me está notando que no me gustó mucho In Nómine Dei, ¿no?
Pues eso: que si yo tuviera una escoba ... no se iba a llevar escobazos ni nada algún que otro caradura, primo hermano del sastre que le hizo el traje nuevo al emperador.
Afortunadamente, este fin de semana pudimos disfrutar en el teatro Alhambra del trabajo de Teatro Corsario con “Los Locos de Valencia”. El espectáculo demuestra que una escenografía ingeniosa no tiene que costar necesariamente un ojo y que un director inteligente y unos actores que saben (de sobra!) lo que se traen entre manos pueden reinventar un clásico sin traicionarlo y servirlo al público como un plato irresistible. Y de postre, un vestuario tan divertido que a Lope le habría encantado. ¡Qué gran idea los guantes quirúrgicos!!.
La Compañía lleva más de 25 años en esto del buen teatro, funcionando casi a modo de Compañía estable (pude reconocer al menos a cuatro actores que ya ví hace unos años en Don Gil de las Calzas Verdes, otro magnífico espectáculo) y se ha ganado el derecho de que los aficionados compremos la entrada a ciegas. El texto, magnifico; la Compañía, excepcional; mi compañía, inmejorable.
Pues eso: que si yo tuviera una escoba ... no se iba a llevar escobazos ni nada algún que otro caradura, primo hermano del sastre que le hizo el traje nuevo al emperador.
Afortunadamente, este fin de semana pudimos disfrutar en el teatro Alhambra del trabajo de Teatro Corsario con “Los Locos de Valencia”. El espectáculo demuestra que una escenografía ingeniosa no tiene que costar necesariamente un ojo y que un director inteligente y unos actores que saben (de sobra!) lo que se traen entre manos pueden reinventar un clásico sin traicionarlo y servirlo al público como un plato irresistible. Y de postre, un vestuario tan divertido que a Lope le habría encantado. ¡Qué gran idea los guantes quirúrgicos!!.La Compañía lleva más de 25 años en esto del buen teatro, funcionando casi a modo de Compañía estable (pude reconocer al menos a cuatro actores que ya ví hace unos años en Don Gil de las Calzas Verdes, otro magnífico espectáculo) y se ha ganado el derecho de que los aficionados compremos la entrada a ciegas. El texto, magnifico; la Compañía, excepcional; mi compañía, inmejorable.
Haz click en las fotos para ver mejor el vestuario(y haz cuanto puedas para verlo "en vivo")
No hay comentarios:
Publicar un comentario